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Vapeo versus cigarrillos tradicionales: ¿por qué son igual de tóxicos?

El debate sobre los cigarrillos electrónicos y su impacto en la salud pública ha cobrado gran relevancia en los últimos años. En Argentina, y particularmente en Corrientes, la información sobre el consumo de vapeadores y cigarrillos tradicionales, así como sus efectos en la salud, es importante para tomar decisiones informadas y promover políticas públicas efectivas.

A medida que más personas adoptan el uso de cigarrillos electrónicos, es fundamental entender cómo estos dispositivos afectan la salud en comparación con los cigarrillos tradicionales. Para referirse al tema, el Dr. Roberto Gabriel Armoa (MP 7126), médico neumonólogo, brindó detalles sobre su consumo y su impacto en la salud.

Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, 1,1% de los adultos argentinos consume cigarrillos electrónicos, mientras que 22,2% fuma cigarrillos tradicionales. Estas cifras indican una mayor prevalencia del tabaquismo convencional, aunque el uso de vapeadores está en aumento. Entre los jóvenes, el panorama es igualmente preocupante: 7,1% de los adolescentes entre 13 y 15 años usa cigarrillos electrónicos habitualmente, y 18% fuma cigarrillos tradicionales. Este aumento en el consumo de vapeadores entre los adolescentes sugiere una tendencia alarmante hacia la adopción temprana de hábitos que pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.

Aunque no hay datos específicos sobre el consumo de vapeadores en Corrientes, se estima que las tasas de consumo son similares al promedio nacional. Un estudio de 2019 reveló que 10,3% de los estudiantes universitarios de Corrientes consumía cigarrillos electrónicos. Este hallazgo es significativo, ya que destaca la penetración de los cigarrillos electrónicos en la población juvenil de Corrientes. La falta de datos específicos dificulta una comprensión completa del problema, pero los estudios disponibles subrayan la necesidad de abordar esta cuestión de salud pública de manera urgente.

Cigarrillos tradicionales versus electrónicos

Los cigarrillos tradicionales siguen siendo la principal causa de muerte prevenible en Argentina, provocando alrededor de 40.000 muertes anuales. Las enfermedades más comunes asociadas con el tabaquismo incluyen enfermedades cardíacas, pulmonares y diversos tipos de cáncer. Además, el humo de los cigarrillos contiene una mezcla de más de 7.000 sustancias químicas, muchas de las cuales son tóxicas y al menos 69 de ellas son cancerígenas. Este impacto devastador en la salud pública subraya la necesidad de campañas de prevención y programas de cesación tabáquica.

Aunque los cigarrillos electrónicos son promocionados como una alternativa menos dañina, no están exentos de riesgos. Según algunos estudios, el vapeo puede dañar los pulmones y aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias a largo plazo. A diferencia del humo de tabaco, el aerosol del vapeo contiene sustancias como el propilenglicol, glicerina vegetal y diversos saborizantes que, aunque no son tan peligrosos como las sustancias en el humo de tabaco, aún pueden causar inflamación y daño pulmonar. La evidencia científica sobre los efectos a largo plazo del vapeo aún es limitada, lo que hace que sea crucial continuar investigando para comprender mejor sus implicaciones para la salud.

Para obtener una perspectiva médica, entrevistamos al Dr. Roberto Gabriel Armoa, neumonólogo en el Hospital de Campaña y el Sanatorio del Norte.

El especialista señala que las diferencias entre el vapeo y el consumo de cigarrillos tradicionales en términos de salud son mínimas. «Ambos generan inflamación en los bronquios y pueden derivar en enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC», explicó el Dr. Armoa. También mencionó que tanto el vapeo como los cigarrillos tradicionales pueden causar cáncer de pulmón debido a las sustancias que ingresan al sistema respiratorio. «Es importante reconocer que aunque el vapeo puede parecer menos nocivo, sus efectos a largo plazo aún no se comprenden completamente, y la exposición continua a químicos inhalados puede tener consecuencias graves», agregó.

El Dr. Armoa ha observado un aumento en los casos de enfermedades pulmonares relacionadas con el vapeo, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos. «Muchos pacientes presentan disnea y tos, síntomas que anteriormente se veían principalmente en adultos mayores», comentó. Esta tendencia sugiere que el vapeo está contribuyendo a una nueva ola de problemas de salud pulmonar, lo cual es preocupante considerando la relativa novedad de estos dispositivos. El Dr. Armoa marcó la necesidad de monitorear de cerca estos casos y realizar más investigaciones para entender el alcance completo de estos problemas de salud.

Entre las sustancias químicas presentes en los líquidos de vapeo, el Dr. Armoa mencionó el tolueno, el formaldehído, el cromo y el diacetilo. Este último, presente en los saborizantes, puede provocar bronquiolitis obliterante, una inflamación severa de los alveolos. «El tolueno y el formaldehído son conocidos por ser cancerígenos, y su presencia en los líquidos de vapeo es particularmente preocupante», explicó. La inhalación de estas sustancias puede causar daños significativos a los pulmones y al sistema respiratorio en general. Es esencial que los usuarios de cigarrillos electrónicos sean conscientes de estos riesgos y que se realicen esfuerzos para regular y controlar mejor los productos de vapeo.

Los dispositivos de vapeo pueden contribuir al desarrollo de enfermedades respiratorias a largo plazo. «Las sustancias inhaladas se acumulan en los pulmones, causando fibrosis y otras afecciones graves», explicó el Dr. Armoa. A diferencia de los cigarrillos tradicionales, cuyos efectos nocivos son bien documentados, los cigarrillos electrónicos presentan una nueva gama de problemas de salud que aún no se comprenden completamente. «Aunque algunos creen que el vapeo es una alternativa más segura, la realidad es que estamos viendo cada vez más casos de daño pulmonar significativo», advirtió. Es importante que los consumidores estén informados sobre estos riesgos y que las políticas de salud pública se adapten para abordar este nuevo desafío.

El Dr. Armoa también mencionó estudios recientes que sugieren una posible relación entre el vapeo y enfermedades graves como la neumonía lipídica. Aunque se necesitan más investigaciones para confirmar estos vínculos, la evidencia actual ya indica riesgos significativos. «La neumonía lipídica es una condición grave que puede ser causada por la inhalación de aceites presentes en algunos líquidos de vapeo«, explicó. Esta enfermedad se caracteriza por la inflamación y daño a los pulmones, y puede ser difícil de tratar. «Es imperativo que sigamos investigando para entender mejor cómo el vapeo está contribuyendo a estos problemas de salud y para desarrollar estrategias efectivas de prevención y tratamiento», agregó.

Adicción a la nicotina

«La adicción a la nicotina es un problema central tanto en el vapeo como en el consumo de cigarrillos tradicionales», señaló el Dr. Armoa. Sin embargo, advirtió que el vapeo puede ser más problemático debido a la falta de regulación en la cantidad de nicotina y otras sustancias químicas presentes en los dispositivos. «Muchos jóvenes no se dan cuenta de cuánta nicotina están consumiendo, lo que puede llevar a una dependencia más rápida y severa», explicó. La adicción a la nicotina puede tener graves consecuencias para la salud, incluyendo el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Es esencial que se implementen medidas para regular la cantidad de nicotina en los productos de vapeo y para educar a los consumidores sobre los riesgos asociados.

Prevención y regulación

El Dr. Armoa reconoció que las campañas de prevención del tabaquismo han sido útiles para reducir el uso de productos de vapeo entre los jóvenes, aunque aún queda mucho por hacer. Subrayó la importancia de una regulación gubernamental estricta para controlar el mercado de los vapeadores y proteger la salud pública. «Las campañas educativas y las restricciones de marketing dirigidas a los jóvenes son fundamentales para reducir la prevalencia del vapeo», comentó. Además, sugirió que se necesita una legislación más sólida para controlar la venta y distribución de cigarrillos electrónicos, asegurando que estos productos sean seguros para los consumidores. «Solo a través de un enfoque integral que combine educación, regulación y apoyo a la cesación podremos enfrentar eficazmente este desafío», concluyó.

El Dr. Armoa ha tratado varios casos de problemas de salud significativos derivados del vapeo, incluyendo enfermedades respiratorias y fibrosis pulmonar. «Los desafíos en el tratamiento de estos casos radican en la diversidad y la falta de información sobre las sustancias inhaladas», comentó. Cada paciente presenta un conjunto único de síntomas y problemas de salud, lo que hace que el tratamiento sea complejo y desafiante. «Es determinante que los profesionales de la salud estén bien informados y equipados para manejar estos casos, y que se realicen más investigaciones para desarrollar mejores tratamientos y estrategias de prevención», añadió. La experiencia del Dr. Armoa subraya la necesidad de un enfoque multidisciplinario para abordar los problemas de salud relacionados con el vapeo.

Historias de éxito al dejar el tabaco

El Dr. Armoa también compartió historias de éxito en la cesación tabáquica. Algunos pacientes han logrado dejar de fumar con la ayuda de terapias alternativas y apoyo psicológico. Estas se centran en terapias de remplazo nicotinico y el vapeo no está avalado por el ministerio como terapia de cesacion tabaquica por no presentar una regulación de nicotina entre sus sustancias.

Enfatizó la importancia de un enfoque individualizado para el tratamiento de la cesación tabáquica. «Primero medimos el grado de dependencia a la nicotina de cada paciente, ya que no es lo mismo un paciente que fuma dos cigarrillos al día, que otro que fuma 20 o incluso 60,» explicó el Dr. Armoa. Utilizando diferentes scores, los médicos evalúan la dependencia y sustituyen la nicotina del cigarrillo por nicotina farmacológica, eliminando las sustancias cancerígenas y irritantes que afectan los pulmones.

El proceso implica un seguimiento estrecho y adaptado a las necesidades de cada paciente. «En la mayoría de los casos, mis pacientes logran dejar de fumar con éxito, aunque algunos pueden requerir ajustes en el tratamiento,» añadió. La clave está en ofrecer alternativas como parches, chicles y sprays nasales de nicotina, los cuales están regulados y aprobados por el Ministerio de Salud. A diferencia del vapeo, que no es una opción recomendada, ni autorizada para la cesación tabáquica, estos métodos proporcionan la nicotina necesaria sin los peligros adicionales del cigarrillo.

Además, refirió la influencia del vapeo en los intentos de dejar de fumar, destacando que muchos pacientes recurren al vapeo pensando que es una solución segura. «El vapeo puede causar enfermedades respiratorias similares a las del tabaco, además de nuevas afecciones derivadas de sus propios químicos,» advirtió.

Dr. Roberto Gabriel Armoa (MP 7126) atención en Hospital de Campaña y Sanatorio del Norte. Teléfono: 3795 314611, Pellegrini 1354, Corrientes

 

 

 


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