«El domingo cueste lo que cueste”. Así abrió y así cerró anoche la Bombonera. Con el hormigón sacudiéndose a full, para acá y para allá. Como si estuviera viva. Temblando. Latiendo. Bajándole un mensaje claro a sus jugadores. En el medio, con todo ese peso sobre la espalda, Boca respondió y sacó una victoria 2-0 muy pero muy valiosa frente a un rival duro -y que últimamente lo hizo sufrir- como Estudiantes.
La victoria era muy necesaria para Boca. Un club donde de un tiempo a esta parte se juega más por la tranquilidad de la semana que por los tres puntos. Porque además de revertir el historial reciente con el Pincha, fue estirar el invicto en la Bombonera y seguir mirando a todos desde arriba. En la lucha por terminar primero y para jugar hasta las semifinales de local.
Eso sí, a Boca le costó en el primer tiempo. No supo qué hacer con la pelota, no supo cómo progresar en el terreno, no supo conectar en el mediocampo, no supo cómo llegar hasta Mansilla. Mientras que Estudiantes atacó clarito con un cabezazo de Carrillo que tapó Marchesin y un mano a mano de Medina que salvó Advíncula sobre la línea.
Recién a los 30 minutos el Xeneize pudo armar algunas jugadas y arrimarse al área rival con un zurdazo de Advíncula que dio en Cetré y unas gambetas de Zenón por la izquierda que no terminó bien.
Esa reacción se tradujo en un penal a los 38 minutos. Se lo hicieron a Cavani y Cavani agarró enseguida la pelota para hacerse cargo, pese a que venía de fallar uno ante Newell’s. Y el desenlace fue el mismo. Otro penal fallado que dejó atónito al equipo en los últimos minutos.
Para el segundo tiempo Boca se reseteó y sí salió con otra actitud. Se paró más adelante y fue más profundo de entrada. Tanto que a los 2 lo tuvo de nuevo Cavani en una chance muy clara que terminó en una pifia tras un centro bajo de Carlos Palacios. Y un minuto después, el propio Palacios recibió de Miguel Merentiel y no falló para convertir el 1-0 con un remate cruzado.
En desventaja el que no tuvo respuesta fue Estudiantes y tampoco Boca lo dejó. El equipo de Gago se mantuvo bien parado, no se tiró atrás y buscó liquidar el partido lo antes posible. Y con un Merentiel inspirado en su vuelta a la titularidad desde la revancha ante Alianza Lima, lo consiguió a los 18 minutos con un potente zapatazo de larga distancia.
Un gol que permitió a Gago regular las cargas de varios futbolistas importantes, sacando a Marcos Rojo, Lautaro Blanco, el propio Merentiel, Delgado y Zenón. Y sí, empezar a pensar en River cuando todavía se jugaba contra el Pincha. Un lujo que pudo darse por esa reacción inicial en la segunda parte. Sólo faltó el gol de Cavani para que la noche fuera redonda, pero no pudo ser pese a que Gago lo dejó los 90 minutos.
Ya con el 2-0 la Bombonera también se olvidó completamente de Estudiantes y se enfocó en River. Cueste lo que cueste.
Olé
