Mató a su madre mientras efectuaba disparos en estado de ebriedad
Una mujer de 63 años murió en el Paraje Escorza Cué de la localidad de Itatí, luego de recibir un balazo en el cuello mientras permanecía sentada en el patio de su casa, en lo que habría sido un disparo accidental de su propio hijo que estaba alcoholizado.
Un hombre de 39 años cometió el crimen en una vivienda rural. Antes había realizado otras detonaciones apuntando contra el suelo y al aire, pero después hizo blanco en el cuello de la mujer de 63 años. En el domicilio estaban su concubina, sus dos hermanas y el papá.
Un hombre mató a su madre de un balazo en el cuello en una vivienda del Paraje Scorza Cué, en el departamento correntino de Itatí. Mientras consumía vino comenzó a realizar disparos con una pistola, a la vez que gritaba y maldecía acerca de algunas cuestiones particulares.
El crimen que tuvo como víctima a Ramona Francisca Ibarra, de 63 años, se produjo el viernes alrededor de las 16 en un domicilio de Ruta Nacional 12, altura del kilómetro 1127, según informaron a diario época fuentes policiales.
La sexagenaria perdió la vida debajo de una galería de la casa y a los pocos segundos de sufrir el impacto de bala.
Su cadáver estaba sobre una silla cuando llegaron las autoridades de la comisaría de Itatí, rodeado de dos hijas, su esposo y personal sanitario que había llegado de urgencia apenas avisaron de lo sucedido.
Por el delito caratulado judicialmente como un «homicidio calificado» resultó detenido Gregorio Luciano Maciel, de 39 años, apodado como «Chole».
El autor del matricidio estaba en estado de ebriedad. Desde después del mediodía había comenzado con la ingesta de alcohol y a ocasionar algunos desmanes en la vivienda familiar.
Antes de ocasionar la muerte de su madre, Maciel hizo otros disparos sin dañar a quienes estaban en la propiedad.
Sin embargo, en una posterior arremetida a tiros, supuestamente sin intención de agredirla, se produjo la detonación fatal.
Las hermanas y su padre quedaron muy conmocionados.
El papá fue quien agarró el arma de fuego, apartó a su hijo de la escena y aguardó la llegada de las autoridades.
Cuando los primeros uniformados arribaron al lugar, ese hombre hizo entrega de una pistola calibre 22, con el cargador colocado, pero sin municiones.
A los pocos segundos, Maciel no ofreció resistencia cuando lo hallaron sentado en la parte posterior de la finca.
La Policía supo del hecho a través del llamado telefónico que un hijo de Ramona hizo a la línea de emergencias 101.
De acuerdo a la información obtenida por este medio, la persona que hizo la llamada relató que una de sus hermanas, a su vez, lo llamó para pedirle que avise a la comisaría y manden rápido una patrulla porque «Chole mató a nuestra mamá».
La Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas, a cargo de Patricia Mariela Armendia, dispuso realizar todos los procedimientos de pericias en el escenario de los hechos.
Es así que trabajaron en la planimetría, levantamiento de rastros, tomas fotográficas y cualquier detalle que permita esclarecer lo más exactamente posible cómo ocurrió todo.
Por otra parte, la funcionaria solicitó una extracción de sangre a Maciel para un análisis de laboratorio.
El resultado de tal estudio arrojó que efectivamente el hombre consumió una importante cantidad de alcohol.
Alias «Chole» ya estaba esposado cuando habría amenazado a sus familiares, antes de ser trasladado a la comisaría con fuerte custodia.
Los testimonios de las personas que estaban como testigos son coincidentes, en cuanto a la actitud de violencia del autor del matricidio.
La mujer ultimada era la más allegada a Maciel. Ella tenía un aprecio importante hacia el hijo que, vaya paradoja, terminó quitándole la vida.
Este hombre estuvo implicado en otras situaciones de violencia, agresiones e incluso hay registros suyos vinculados a delitos y hasta un incidente en contra de la Policía.
El cuerpo de Ramona fue trasladado a la capital provincial para ser examinado en el Instituto Médico Forense. Después hicieron entrega para su inhumación.
Diario Época